domingo, 6 de enero de 2013

EZRA POUND, JAMES JOYCE, Y T.S. ELIOT. LA TERCIA CONCEPTUAL.Por Juan Cu









James Joyce, Ezra Pound, John Quinn and Ford Madox Ford in Paris, Autumn 1923


Ezra Pound consideraba a James Joyce y Thomas Stearns Eliot como dos poetas cómicos, (1) el primero  lo demostró durante su vida en la escritura de sus novelas, veáse El Ulises (1922) y Finnegans wake (1939); el otro, T.S. Eliot, arrepentido, simplemente desvió el camino.

Se puso de moda una  visión europea de la literatura que fue fortaleciéndose hasta los años cuarenta del siglo pasado y después algunos años de la posguerra, donde el alto pensamiento crítico y grave  de occidente es sustituido (denostando cualquier análisis) por una tercia conceptual,  es decir: la locura, el amor  y  la muerte,  sustituyeron el enrarecido aire del cielo europeo que no dudamos fue influencia desde la ironía  en la escritura de Ezra Pound, T.S. Eliot, y sobre todo para  las novelas poco accesibles y cómicas de  James Joyce.
 La tercia conceptual es la siguiente:

 1.- La  fatalidad como como una realidad desde la tragedia griega antigua para la europa a mitad del siglo XX,  ya Schopenhauer anota en el siglo XIX (4):

"La vida de cada individuo, si la contemplamos en su conjunto y en general, y destacamos solo los rasgos importantes, es siempre una tragedia; pero examinada en detalle tiene el carácter de una comedia. Pues la actividad y el ajetreo del día, las continuas molestias del momento, los deseos y temores de la semana, las desgracias de cada hora, todo ello debido al azar que siempre está pensando en gastar bromas, son puras escenas de comedia. Pero los deseos nunca cumplidos, las aspiraciones fracasadas, las esperanzas aplastadas sin piedad por el destino, los funestos errores de la vida entera con los sufrimientos crecientes y la muerte al final, presentan siempre una tragedia. y así, como si el destino quisiera todavía añadir la burla a la miseria de nuestra existencia, nuestra vida tiene que contener todos los dolores de la tragedia y sin embargo ni siquiera podemos mantener la dignidad de los personajes trágicos sino que en el amplio detalle de la vida hemos de ser irremediablemente ridículos caracteres cómicos." Pag. 380

"Tampoco quiero dejar de mencionar que he conocido gente de superioridad intelectual, no significativa pero sí clara, que al mismo tiempo delataba un leve toque de locura. Conforme a ello, puede parecer que toda elevación del intelecto por encima de la medida usual, en cuanto
  anormalidad que es, predispone ya a la locura." El mundo como voluntad y representación. pag. 226






2.- El absurdo como ridículo aplicado al sistema burgués económico en boga,

y 3.-  Lo burlesco para referirse a la situación precaria,  premeditada y hasta sabida por todos de las consecuencias de europa al final de la 2a. guerra mundial .
Ver Oswald Spengler de La decadencia de occidente 2 tomos. Dice en la introducción:

 "En este libro se acomete por vez primera el intento de predecir la historia."

 "esta es la época en que el sentido de la vida ya no es el ser más fuerte, sino la felicidad del mayor número, la bienandanza y la comodidad, «panem et circenses», y en lugar de la gran política aparece la política económica como un fin en si." Pág. 295


 


 Este ambiente fue creado (2) sobre una cómoda generalización del pensamiento europeo que todavía  mantiene su vigencia sobre todo en Francia.


 (La foto ilustra mejor que cualquier discusión literaria las personalidades de ambos: tres, Joyce a contramovimiento con la escultura que tiene a su lado (pasivo) y también como escultura griega, posa, y representa la idea del escritor y su obra vista como en un museo¿la posteridad?, y Ezra Pond, en actitud dinámica: el de caminar hacia el frente con la cabeza baja (creando un triángulo de 90 grados hacia delante de sus ojos, arquetipo del pensador pragmático) señalando el presente y el camino a las inefables transformaciones del poder.


NOTAS

(1).- De una conversación que tuvo Ezra Pound para recomendar a Joyce y a Eliot para la revista THE EGOIST La publicación The Egoist fue un magazine literario de Londres, editado desde 1914 hasta 1919. Otros dirían la vanguardia.

(2).- La locura, el amor y  la muerte.

(3).- Alguna vez contestó James Joyce que escribió el  Ulises, novela de su autoría " para tener ocupados a los críticos durante 300 años..."Ver notas del Ulises del propio autor.


(4).- Sobre la locura Schopenhauer dice: "Que yo sepa, aún no se ha alcanzado una comprensión clara y completa de la esencia de la locura, un concepto correcto y nítido de lo que propiamente distingue al loco del cuerdo. - Ni la razón ni el entendimiento pueden negarse a los locos: pues ellos hablan, perciben y con frecuencia concluyen correctamente; también, por lo regular, intuyen lo presente con plena corrección y reconocen la conexión entre causa y efecto.


 Las visiones y las fantasías febriles no son un síntoma habitual de la locura: el delirio falsea la intuición, la locura, los pensamientos. En efecto, la mayoría de las veces los locos no yerran en el conocimiento de lo inmediatamente presente, sino que su desvarío se refiere siempre a lo ausente y lo pasado, y solo por eso a su relación con lo presente. Por eso me parece que su enfermedad afecta en especial a la memoria; no, ciertamente, porque carezcan de ella, pues muchos saben muchas cosas de memoria y a veces reconocen a personas que no han visto en mucho tiempo; sino, más bien, porque se ha roto el hilo de la memoria, se ha suprimido su conexión continuada, y no es posible un recuerdo del pasado conectado regularmente.


Hay escenas particulares del pasado que están en el lugar correcto, igual que el presente particular; pero en su recuerdo hay lagunas que llenan con ficciones; estas, o bien son siempre las mismas y se convierten en ideas fijas, dándose entonces la locura obsesiva o melancolía, o bien son en cada caso distintas, ocurrencias momentáneas: entonces se llama desvarío, fatuitas. Por esa razón es tan difícil interrogar a un loco acerca de su vida pasada cuando entra en el manicomio.
En su memoria se mezcla lo verdadero con lo falso cada vez en mayor medida. Aunque el presente inmediato es correctamente conocido, queda falseado por la conexión fingida con un pasado ilusorio: por eso se identifican a sí mismos y a otros con personas que solo existen en su pasado fingido, no reconocen en absoluto a algunos conocidos y, representándose correctamente al individuo presente, establecen una falsa relación entre él y el ausente.
 

Cuando la locura alcanza un alto grado, se produce una completa falta de memoria, por lo que entonces el individuo es absolutamente incapaz de rememorar cualquier cosa ausente o pasada, y solo está determinado por el humor momentáneo junto con las ficciones que en su cabeza llenan el pasado: entonces nunca estamos a salvo de ser agredidos o asesinados por él, a no ser que le hagamos continuamente presente nuestra superioridad. - El conocimiento del loco tiene en común con el del animal que ambos están limitados al presente: pero lo que los distingue es esto: el animal no tiene una representación del pasado en cuanto tal, aunque este actúa sobre él por medio de la costumbre; de ahí que, por ejemplo, el perro reconozca a su amo anterior aun después de años, es decir, que al verlo reciba la impresión habitual;



pero no tiene ningún recuerdo del tiempo transcurrido desde entonces: el loco, por el contrario, lleva siempre en su razón un pasado in abstracto, pero un pasado falso que solo existe para él; y ello, bien en todo momento o bien solamente ahora: el influjo de ese falso pasado le impide hacer uso del presente correctamente conocido, cosa que el animal sí hace.



El hecho de que un violento sufrimiento espiritual o unos espantosos acontecimientos inesperados den ocasión a la locura, me lo explico del siguiente modo. Un sufrimiento tal está siempre, en cuanto acontecimiento real, limitado al presente, así que es pasajero y, en esa medida, no excesivamente duro: solo se vuelve desmesuradamente grande cuando se convierte en un dolor permanente: pero en cuanto tal, no es a su vez más que un pensamiento que se halla en la memoria:



cuando esa aflicción, ese conocimiento o recuerdo doloroso es tan atroz que resulta absolutamente insoportable y el individuo sucumbiría a él, entonces la naturaleza angustiada se aferra a la locura como último recurso de salvación de la vida: el espíritu acongojado rompe, por así decirlo, el hilo de su memoria, rellena las lagunas con ficciones y se refugia en la locura del dolor espiritual superior a sus fuerzas, igual que se amputa un miembro afectado por la gangrena y se lo sustituye por uno de madera. - Considérense como ejemplo de esto el frenético Ayax, el Rey Lear y Ofelia: pues las criaturas del auténtico genio, que son las únicas a las que podemos referirnos como generalmente conocidas, equivalen en su verdad a las personas reales: por lo demás, también la frecuente experiencia real nos muestra lo mismo. Un débil análogo de aquel tipo de tránsito del dolor a la locura es este: que todos nosotros, cuando nos asalta repentinamente un recuerdo penoso, como mecánicamente, mediante cualquier expresión ruidosa o movimiento, intentamos ahuyentarlo, desviarnos de él y distraernos a toda costa.


Tal y como se ha indicado, los locos conocen correctamente el caso individual presente y también algunos pasados, pero desconocen la conexión, las relaciones, y por eso yerran y desvarían; y este es justamente su punto de contacto con el individuo genial: pues también este, debido a que abandona el conocimiento de las relaciones conforme al principio de razón para ver y buscar en las cosas solamente sus ideas, para captar su verdadera esencia expresada intuitivamente y respecto de la cual una cosa representa toda su especie y, como dice Goethe, un caso vale por mil: por todo eso el individuo genial pierde de vista el conocimiento de la conexión de las cosas: el objeto individual de su contemplación, o el presente captado por él con desmesurada vivacidad, aparecen a una luz tan clara que, por así decirlo, los restantes miembros de la cadena a la que aquellos pertenecen quedan a oscuras; y esto da lugar a fenómenos que tienen una semejanza desde hace tiempo reconocida con los de la locura. Lo que en la cosa individual presente existe de manera meramente imperfecta y debilitada por modificaciones, la forma de consideración del genio lo eleva a la idea, a la perfección: él ve, pues, extremos y precisamente por eso su obrar cae en extremos: no sabe encontrar la justa medida, le falta la sobriedad y el resultado es el ya mencionado. Él conoce perfectamente las ideas pero no los individuos. Por eso, como se ha observado, un poeta puede conocer en profundidad al hombre pero muy mal a los hombres; es fácil de embaucar y supone un juego en manos del astuto.  El mundo  como voluntad y representación." Pags. 227-228-229






















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